Tuesday 15 May 2012

POST XI - Oscuridad (continuado)


Pensé en hablar, en elevar la voz y preguntar si había alguien allí. Desde que mis vecinos de la sexta planta se marcharon, no he sabido más de nadie. Sí he visto a gente entrando y saliendo del edificio desde mi ventana, pero también he oído gritos, golpes… mi silencio aislador/protector sólo ha sido interrumpido por aquellos incidentes que ocurrieron con María.
Silencio, la palabra me recordó mi regla más importante: actuar sigilosamente. Cada paso que daba me parecía una explosión de sonido. Cada sombra dibujada por el haz de luz de mi linterna, era uno de ellos. Llegué al descansillo y miré al exterior por la pequeña ventana, todo estaba oscuro. “Menos mal” pensé, el mismo escenario de día podría haber hecho que me encerrase en casa para siempre.
Derecha, izquierda, derecha, izquierda… con paciencia digna de un ajedrecista llegué al quinto. La puerta que conectaba con los tres pisos estaba cerrada. Al igual que había hecho con la anterior, posé mi mano y, esta vez, una oreja para tratar de captar algún sonido, algún movimiento. Nada, si todavía sigue habiendo gente allí, son igual de sigilosos que yo. Estaba aún pegado contra la puerta, cuando me di cuenta que no había alumbrado escaleras abajo, asegurándome que nada pudiese sorprenderme durante mi pequeña exploración… “Peligro” fue el mensaje que envió mi cuerpo, segundos antes de que sintiera una presencia a mis espaldas.

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